El Gobierno debe ejercer su potestad constitucional e intervenir la economía con el pleno propósito de proteger el capital más importante del país, que son los trabajadores, para que sigamos produciendo la riqueza y asegurar que todas las personas, en particular las de menores ingresos, tengan acceso efectivo a los bienes y servicios básicos para el desarrollo normal de una vida digna. El Estado es el mayor responsable del bienestar de todos los colombianos, pero el gobierno de Duque no cumple con esta obligación, porque continúa profundizando las desigualdades.
Por Ofelia Garzón Osorio
Directiva Nacional ACEB
El Gobierno, mostrándose como el mesías en aparente preocupación, ha hecho
intervenciones diarias en los medios de comunicación, diciendo a viva voz: “nadie
aguantará hambre” ¡Esto es un chiste de mal gusto! ¿Verdad señor Presidente?
Algunos datos permiten pensar que la situación será muy diferente. El Dane
a febrero de 2020, reportaba una tasa de desempleo del 12,2% y la tasa de
ocupación del 55,5%, a causa de la crisis se han perdido 217.000 puestos de trabajo,
y la estimación de pérdida de puestos de trabajos está proyectada en 1.146.000 durante
la crisis.
En los años ochenta hubo un concurso
que marcó hito en los medios impresos denominado ¿Y dónde está Javier? Porque invitaba:
“No te quedes sin plan, encuentra ya a Javier”. Hoy, en medio de esta
crisis, nos corresponde a los trabajadores preguntar y ¿Dónde está el
Ministerio del Trabajo como entidad garante de los derechos de los trabajadores?,
se enclaustró y dejo desamparada la clase obrera para que los dueños del
capital vulneren sus derechos de rango constitucional, y cuando encontremos al
Ministerio del Trabajo, y este ejerza sus funciones de inspección y vigilancia otorgadas
por la Constitución y la Ley, no va a encontrar ni los avisos de muchas
empresas que se están transformando en S.A.S y defraudarán los intereses de los
trabajadores.
La desprotección de la clase obrera en el país es digna de todo reproche, habida
cuenta de que los Decretos dictados en el Estado de Emergencia Económica, también
en materia laboral, van en contra de los derechos e ingresos de los
trabajadores. Evocando la pasión de Cristo, la pregunta es “Ministerio del Trabajo
por cuáles interés nos has abandonado”.
La circular 0033 emitida por el Ministerio del Trabajo con la cual se
plantean medidas para supuestamente proteger el trabajo, tales como: licencias
remuneradas, modificación de la jornada laboral y concertación de salario, modificación
o suspensión de beneficios extralegales y concertación de beneficios
convencionales, buscan en realidad que la Emergencia Económica, Social y Ecológica
la asuman los trabajadores. Es evidente el despotismo en el trato a las
trabajadoras y trabajadores de Colombia.
La actividad económica entre otras cosas se fundamenta en la producción y
el consumo de bienes y servicios que surge del juego entre la oferta y la
demanda, al reducirse el ingreso de la clase trabajadora y el pueblo y, por
ende, su capacidad de compra, se verán directamente afectadas muchas empresas e
industrias, lo cual incidirá negativamente en la tasa de crecimiento del país. Es
responsabilidad del Estado garantizar el bienestar de la población, esta
obligación es compartida con el sector privado, especialmente el conformado por
los grandes grupos económicos y la poderosas empresas, quienes deben propender
no solo por sus utilidades, tienen que tener en cuenta su responsabilidad
social.
Al expedir la Circular 0033 el Ministerio el trabajo, aplicando las
orientaciones del gobierno del Presidente Duque, aprovechó la oportunidad
perfecta derivada de la situación originada por la pandemia del Covid-19 para
abaratar el costo de la mano de obra en el país, le brinda una herramienta
poderosa al empresariado para pactar la jornada laboral y la “concertación” de salarios,
(no fue necesaria la reforma laboral señor Presidente, bienvenido “El trabajo
por horas”), los trabajadores quedamos en el peor de los escenarios. Por obvias
razones los trabajadores, con la necesidad de suplir sus carencias, se ven
obligados a aceptar cualquier “oferta” que le genere ingresos y venderán su
fuerza productiva a cualquier costo. Los trabajadores que hoy devengan un salario
mínimo empezarán a ser remunerados con un menor valor y sumidos en la pobreza, señor
Presidente, “felicitaciones, le quedo bien hecha la tarea ordenada por los
gremios, y sus aliados políticos, para rebajar los costos laborales”.
Se continúan violando los derechos que emergen del contrato de trabajo los
cuales son irrenunciables y por lo tanto no pueden sujetarse a la suerte
económica y jurídica del empleador. (artículo 28 del Código Sustantivo del
Trabajo). El trabajador puede participar de las utilidades o beneficios de su
patrono, pero nunca asumir sus riesgos o pérdidas. Por lo tanto, los derechos
de los trabajadores no pueden afectarse por la suerte del empleador, en tiempos
de pandemia y en estado de excepción.
El gobierno debe ejercer su potestad constitucional e intervenir la
economía con el pleno propósito de proteger el capital más importante del país,
que son los trabajadores, para que sigamos produciendo la riqueza y asegurar
que todas las personas, en particular las de menores ingresos, tengan acceso
efectivo a los bienes y servicios básicos para el desarrollo normal de una vida
digna. El Estado es el mayor responsable del bienestar de todos los colombianos,
pero el gobierno de Duque no cumple con esta obligación, porque continúa
profundizando las desigualdades.
Desde la Asociación Colombiana de Empleados Bancarios (ACEB), seguiremos
con ahínco reclamando el compromiso del estado y los empleadores con el
bienestar y el respeto a los derechos de los trabajadores y el pueblo de
Colombia.
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