Declaración conjunta firmada por la Asociación Colombiana de Empleados Bancarios (ACEB), Asociación de trabajadores del banco República Anebre, Unión nacional de empleados bancarios (UNEB), Sindicato de trabajadores del grupo Bancolombia (Sintrabancol), UNI Global Union, UNI Américas
Bogotá, D.C., 8 de abril de 2020.
Haciendo un recorrido al pasado, a la banca pública y privada se le
hizo un plan de salvamento con el Gravamen del 2 x 1000, originado en 1998
mediante la expedición del Decreto 2331, cuyo objeto fue servir como “colchón” para
enfrentar la crisis financiera de la época. Aunque se estipuló solo por un año,
por un terremoto en la zona cafetera se prolongó, y con los años se convirtió
en un gravamen permanente el cual pasó luego al 3×1.000 hasta llegar finalmente
al 4×1.000.
A la fecha son ya 22 años de dinero recaudado de cada cliente y usuario
del sector financiero, recursos más progresivos por la mayor bancarización de
la población. Las utilidades del sector financiero a cierre del año 2019 alcanzaron
más de $21,5 billones, encabezadas por los bancos que ganaron más de $11
billones. No obstante, sus fondos administrados –que son propiedad de
ahorradores e inversionistas– alcanzaron ganancias de $72 billones, encabezados
por los Fondos de Pensiones, mayores compradores de deuda pública, es decir,
doble usufructo.
De los establecimientos de crédito, le siguen en ganancia a los
bancos, las corporaciones financieras con $1,9 billones, las cooperativas
financieras $145.500 millones y las compañías de financiamiento $96.900 millones.
Los bancos tienen un patrimonio invertido de $89,9 billones, es claro que la
rentabilidad sobre patrimonio de la banca es del 12,2% (varias veces la
inflación causada y el PIB). La Superintendencia destaca el buen nivel de
solvencia total: 14,71%.
Ante esta pandemia de salud mundial que sigue cobrando miles de vidas
diariamente, la Asobancaria ha presentado las medidas del sector que plantea
refinanciación de los créditos, extensión de los plazos en las obligaciones,
reducción momentánea de cuotas de manejo de tarjetas débito-crédito y unas
ligeras disminuciones en tasas, así como nuevas líneas de crédito, y hemos
estado siempre a la espera de una decisión de exoneración de intereses,
créditos blandos, considerable periodo de gracia, replanteamiento de los costos
financieros para que disminuyan más representativamente, fortalecer a la micro
empresa con facilidades para su sostenibilidad y proyección financiera; el
momento que atraviesa el mundo así lo exige y demanda, un recambio en el modelo
económico (viraje hacia la economía solidaria como alternativa) y en el
comportamiento empresarial de los banqueros (cediendo al apetito tan voraz y
desbordado rentístico), en la vía de ayudar a disminuir la brecha de
desigualdad social que en medio de esta pandemia algunos exclaman que es mejor
morir de Coronavirus y no de Hambre.
El sector financiero con entidades de capital nacional y extranjero no
puede estar en medio de esta crisis de salud exigiendo cumplimiento de metas a
sus trabajadores en colocación de productos y servicios, debe propender por
salvaguardar la SALUD y VIDA de sus trabajadores brindándoles protección con
elementos de bioseguridad, facilitándoles reales alivios financieros por el
detrimento de sus finanzas, aislando a la población vulnerable, reduciendo
transitoriamente horarios de trabajo y focalizar en oficinas de ubicación
geoestratégica la atención al público, preservar las condiciones laborales y
los puestos de empleo al capital humano que en esta coyuntura ratifica que son
los verdaderos generadores de riqueza con su trabajo y garantes del
posicionamiento en el mercado financiero.
Esta realidad que estamos viviendo nos hace reflexionar y condenar el
olvido, la falta de presupuesto, el desvío de recursos y los actos de
corrupción a los que ha sido sometido el sector Salud, su financiarización y
mercantilización del servicio de salud como ocurre en estos momentos donde los
mercaderes de las EPS no han dotado al personal de salud de los elementos de
bioseguridad para atender a los pacientes con posible riesgo o enfermos de
Covid-19, así como la precarización del empleo de estos héroes que luchan
contra el virus exponiendo sus vidas para salvar la de los pacientes, allí
también incide el sector financiero porque en sus conglomerados económicos se tiene
posesión de EPS. IPS, ARL, Fondos Privados de Pensiones, es un momento para
dignificar el Derecho a la VIDA, a una salud de calidad y a una Vejez Digna.
Economía sin Hombres y Mujeres Vivos no es posible. Se hace necesario derogar
la Ley 100 de 1993 y estructurar un sistema de salud que brinde a la población
colombiana una atención oportuna y de calidad y que provea al personal de salud
condiciones de Trabajo Decente.
El pasado 27 de diciembre de 2019 con la Ley 2010 el gobierno nacional
aprobó la Ley de Crecimiento Económico, que contempla en su artículo 92,
parágrafo 7, que las instituciones financieras deben liquidar unos puntos
adicionales en el impuesto de renta y complementarios, 4 puntos para el 2020, 3
puntos para el 2021 y 3 puntos para el 2022 y la destinación es: “Con el fin de
contribuir al bienestar general y al mejoramiento de la calidad de vida de la
población, el recaudo por concepto de la sobretasa de que trata este parágrafo
se destinará a la financiación de carreteras y vías de la Red Vial Terciaria.
El Gobierno nacional determinará las condiciones y la forma de asignación de
los recursos recaudados, así como el mecanismo para la ejecución de los
mismos”. Enajenados de la realidad socioeconómica del país los banqueros ya
habían demandado ante la Corte Constitucional en el 2018 la Ley de
Financiamiento que contemplaba mayor impuesto a la renta y habían ganado la
demanda, nuevamente a través de Asobancaria demandaron la Ley de Crecimiento
Económico buscando dejar sin efecto estos puntos adicionales en el impuesto de
renta, acto que fue fuertemente criticado, ya que este sector que tiene un
posicionamiento privilegiado en la economía del país no estuviera contribuyendo
con un aporte en esta difícil situación donde el país requiere recursos para
paliar esta crisis, expresando hace 2 días el Ministro de Hacienda Alberto
Carrasquilla que la demanda la habían retirado los bancos, donde esperamos que
esta situación sea veraz por tan cuestionable insensibilidad.
Hacemos un llamamiento al sector financiero y al mismo gobierno
nacional en medio de esta crisis de salud y económica, a implementar un espacio
tripartito de intercambio de propuestas, donde las organizaciones
representantes de los trabajadores estamos dispuestos a construir iniciativas
colectivas para repensar el proyecto de país y las relaciones de la clase
trabajadora, empresarios y sociedad, todo esto en la perspectiva de consensuar
un nuevo orden postpandemia que no tenga las debilidades sistémicas y la alta
vulnerabilidad de millones de ciudadanos en crisis como estas (que inciden
directamente tanto en la sostenibilidad de empresas como en la viabilidad del
Estado) y otras que pueden devenir a futuro.
José Rodrigo Orozco
Presidente Anebre
Sofia Trinidad Espinosa O.
Presidenta UNEB
Miller Ramírez Gaspar
Presidente Sintrabancol
Juan Francisco Sánchez Z.
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